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Foto del escritorDra. Jessika Talavera

CÓMO ENRIQUECER LA INTIMIDAD Y SU EXPRESIÓN EMOCIONAL CON LA PSICOTERAPIA ANALÍTICA FUNCIONAL (FAP)



La psicoterapia analítica funcional (FAP) fue desarrollada por Kohlenberg & Tsai para lograr interacciones extraordinarias en las relaciones. Este modelo se caracteriza ya que utiliza la relación terapéutica como herramienta para producir cambios conductuales y, a su vez, promover un sentido de seguridad, aceptación e inclusión en el cliente. Para lograrlo, el terapeuta en FAP crea un espacio sagrado, amoroso, auténtico y consciente entre el espacio cliente-terapeuta.

La FAP puede ser vista como un modelo que utiliza los principios de la ciencia conductual para crear relaciones auténticas que mejoran la calidad de vida (Kanter 2015). El primer artículo sobre la FAP aparece por primera vez junto con la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) en el año 1987, donde ambas se encuadran dentro del movimiento llamado análisis funcional de la conducta. Ambas terapias comparten principios conductuales de las denominadas terapias contextuales, además de que toman en consideración el estudio funcional del lenguaje, sobre la conducta gobernada por las reglas, y los de relaciones de equivalencia entre estímulos (Ferro, Valero & López, 2016).

Este modelo, describe cómo se desarrolla la personalidad de los seres humanos según los refuerzos, no refuerzos y/o castigos que una persona recibe al crecer. Es decir, cuántos refuerzos positivos, no refuerzos y/o castigos recibe una persona por parte de sus padres y de los demás al expresar sus emociones, sueños, ideas, creencias, vulnerabilidades y frustraciones. Los refuerzos positivos ante los eventos privados (i.e. pensamientos, emociones, sensaciones, memorias) son esenciales para que una persona se sienta segura en este mundo y en sus relaciones.


Con esta terapia, el cliente se encontrará ante sí mismo y podrá reconocer qué lo hace vulnerable y cuál es esa verdad que esconde y le da miedo admitir. Para lograr encontrar esa verdad oculta, la FAP nos provee una variedad de ejercicios de asociación libre y escritura para evocar las conductas clínicamente relevantes (CCR), el uso de auto-registros, metáforas y ejercicios de mindfulness.

La FAP puede ser integrada con otras terapias, ya que la idea es que el terapeuta logre un foco de atención en las CCR dentro de la sesión para cambiarlas en la interacción cliente-terapeuta. La terapia no ofrece manuales y protocolos con fases, técnicas y procedimientos a seguir, sino que describe la forma de aplicar los principios básicos de su intervención. Por un lado, se describen los objetivos, las CCR y, por otro, las Reglas Terapéuticas a seguir (Ferro & Valero, 2015).

Las Reglas Terapéuticas están diseñadas para evocar, reforzar e interpretar las conductas del cliente: (1) Observar y evaluar las CCR; (2) Evocar CCR; (3) Reforzar los CCR; (4) Verificar el efecto del refuerzo y; (5) Generalización. Según Valero y Ferro (2018), el terapeuta debe observar y evocar las CCR (reglas 1 y 2), además de las mejorías del cliente dentro de la sesión clínica y generalizarlas a la vida diaria (regla 5), por medio del reforzamiento natural y comprobar sus efectos en interacciones futuras (reglas 3 y 4).


Para que el terapeuta logre implementar estas reglas, es recomendable que asista a adiestramientos y consultoría que se enfoquen en esta terapia. Porque según mi experiencia, la FAP puede ser difícil de realizar y hay que ser cautelosos de no violar las fronteras del cliente al implementar las 5 reglas.

A través de mi experiencia clínica y de supervisión con internos de psicología y residentes de psiquiatría, he visto cómo la FAP les provee la oportunidad de mostrarse auténticos al interactuar conmigo y con los demás, a estar consciente de la interacción, y del impacto que se tiene sobre el otro y viceversa.


Aquí las experiencias de mis clientes y estudiantes al poner en práctica esta terapia:


  • “En FAP encontré un espacio cálido en toda la frialdad que observé de mis supervisores durante mis años de estudiante en psicología” (Interna de psicología de 28 años)

  • “Gracias porque ahora sé que me puedo mostrar genuina y tal cual soy” (Interna de psicología de 30 años)

  • “Esta terapia me encanta, aquí con usted siento que puedo ser yo, en mi espacio libre de juicios” (Cliente de 21 años)

  • “Aquí aprendí a conectar conmigo y ahora con otros y esa magia que uno encuentra cuando uno se acepta tal cual es y entonces los miedos y los problemas de autoestima desaparecen” (Cliente de 26 años)

Uno de mis ejercicios favoritos de la FAP es el de la mano no dominante. Este es un ejercicio evocativo para explorar las esperanzas, expectativas, preocupaciones, miedos y respuestas de seguridad emocional del cliente. A juzgar por Ferro y Valero (2015), este ejercicio consiste en una hoja de registro en la que se le pide al cliente a que escriba con su mano no dominante sobre qué siente, qué necesita, qué miedos tiene, qué anhelos, etc. Según Ferro y Valero, se usa la mano no dominante porque esto le obliga a ser más breve y concreto. Su finalidad es marcar, de otra manera, los objetivos concretos en la terapia. Es muy efectivo para trabajar en las primeras sesiones de terapia.


Para realizar el ejercicio, se le entrega al cliente un papel en blanco para que anote las siguientes respuestas. Vas a leerle cada una de las siguientes oraciones, para que el cliente llene el espacio en blanco. Se le pide que escriba las respuestas con su mano no dominante.

  1. Me siento…

  2. Yo necesito…

  3. Yo anhelo…

  4. Yo tengo miedo de…

  5. Yo estoy luchando con…

  6. Yo sueño con…

  7. Yo finjo que…

  8. Es difícil para mí hablar sobre…

  9. Si tuviera el dinero suficiente, yo haría…

  10. Si tuviera el coraje/valentía suficiente yo haría…

Al finalizar el ejercicio, se dialoga con el cliente sobre sus esperanzas, expectativas, preocupaciones y miedos. Se evoca las conductas problemáticas y las fortalezas, poniendo al cliente en contacto con sus sentimientos más profundos. Se establecen metas terapéuticas y el plan de tratamiento.


En resumen, la FAP nos invita a crear un espacio sagrado dentro de la relación cliente-terapeuta, ya que según Kohlenberg & Tsai, un ambiente terapéutico cálido, amoroso y genuino promueve que la interacción se dé de forma natural. Esta interacción proporciona a los clínicos la ventaja de aprender a observar con detenimiento las conductas clínicamente relevantes (CCR) durante la sesión. De esta forma, se logra cambiar las funciones que mantienen las CCR, además de moldear y reforzar aquellos comportamientos que muestren mejoría en el cliente.

En lo personal, este modelo me ha enseñando a auto observar mis conductas problemáticas y procesos internos al interactuar con los demás y a tomar consciencia del otro dentro de la relación. Permitiéndome tomar riesgos interpersonales para lograr convertirme en la protagonista de mi vida.



 

Cláusula de responsabilidad: Recuerde que la efectividad de una terapia radica en la habilidad del clínico en realizar intervenciones que ayuden al cliente a crear conciencia de la raíz de sus conflictos y generar cambios. Si usted es un profesional de la salud mental y desea conocer más sobre la aplicación de técnicas y terapias psicológicas basadas en evidencia, le invitamos a participar de nuestros talleres.Si eres una persona buscando ayuda, es posible que debas hacer algunas búsquedas para encontrar un proveedor capacitado en este modelo y/o un tipo de tratamiento que se adapte a sus necesidades. Cuando llame para programar una cita, pregunte al proveedor de salud mental sobre sus conocimientos en este modelo de terapia y si usted cumple con los criterios de inclusión para la misma. También verifique con anticipación si su seguro médico cubrirá este tipo de tratamiento.

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